El término domótica viene de la unión de las palabras DOMUS (que significa casa en latín) y TICA (de automática, palabra en griego, que funciona por sí solo) y se entiende como el conjunto de sistemas capaces de automatizar una vivienda, aportando servicios de gestión energética, seguridad, bienestar y comunicación, y que pueden estar integrados por medio de redes interiores y exteriores de comunicación, cableadas o inalámbricas, y cuyo control goza de cierta ubicuidad, desde dentro y fuera del hogar.
Desde hace pocos años, se están produciendo grandes cambios tecnológicos y normativos focalizados en que no sólo vivamos y trabajemos en lugares más seguros y cómodos, sino también que hagamos un uso más eficiente de los recursos energéticos que tenemos disponibles para optimizar los consumos sin que el confort se vea perjudicado. Además de ahorrar, lograremos una edificación sostenible que reduzca considerablemente el impacto medioambiental.
Por tanto, la integración de la tecnología, de forma inteligente, en la edificación, será un elemento de crecimiento profesional, porque aunque ya está presente una parte muy pequeña de la última edificación, es una solución de futuro para la gran mayoría de los edificios construidos (residenciales u oficinas) que aportará ahorro, sostenibilidad, comodidad y seguridad.