Los problemas derivados del abuso de drogas, especialmente entre los jóvenes, es un tema que no se ha conseguido atajar aún con efectividad, más por la desinformación que por la falta de herramientas. Lo que es indiscutiblemente cierto es que la educación para la salud, como medida preventiva, es la apuesta más segura para afrontar el problema desde el ámbito familiar y escolar. El profesorado, como agente de cambio y modelo de comportamiento, es una figura idónea para articular los programas y estrategias de prevención y detección.